sábado, 25 de agosto de 2007

Aprender a enseñar






Este es mi primer artículo en mi blog, por eso quise escribir sobre algo que conozco o que por lo menos puedo hablar.




Durante mis años como "alumna", siempre me pregunté que era ser un "buen maestro". En este país tan lleno de estereotipos antiguos y pasados de moda, siempre que se habla de un buen maestro se nombra a Sarmiento. Personaje tan común, tan gastado. En las escuelas, desde el jardín de infantes a los chicos se les mete en la cabeza la imagen de Sarmiento como el prototipo a seguir si uno quiere ser caratulado como un buen maestro. ¿Pero se puede comparar a Sarmiento con los maestros de la actualidad?. Yo por mi experiencia creo que no y hay muchas y variadas razones de porque digo que no. Pero creo que la principal es que estamos en el año 2007 y la sociedad depende casi íntegramente de lo que los maestros les enseñen a los chicos en las escuelas.

"Con educación se terminaría la delincuencia y la inseguridad"
Desde hace unos cuantos años comencé a escuchar esta frase tan usada por los políticos argentinos y ellos deberían hacer algo para llevarlo adelante y corroborar si realmente es verdad . Quizá educación gratuita y buena para todos en todo el país daría la posibilidad a aquellas personas que quieran seguir su vocación, sabiendo que el día que terminen van a poder llevar adelante su profesión con dignidad. Este es otro punto a tener en cuenta, porque mucha gente hace una carrera que no le agrada pero lo hace porque sabe que el día de mañana va a poder vivir de ella dignamente.
Yo creo que muchas veces las personas que deberían guiarnos a darnos cuenta si lo que estamos haciendo es realmente lo que queremos es la misma que muchas veces nos hace dudar y hasta nos llega a hacer renunciar. Como ejemplo de esto, me gustaría contar una experiencia personal donde realmente me pregunté si realmente estaba haciendo lo indicado para mí. Yo estudié inglés toda mi vida, desde que tenía 8 años y siempre me gustó mucho, entonces cuando terminé la secundaria decidí hacer el profesorado de inglés. En primer año, me costo mucho, porque a pesar de que siempre estuve en contacto con el idioma, tenia materias con mucho material y bastante difíciles. En diciembre, después de cursar las materias, decidí dar algunos de los finales y entre ellos estaba el final de la materia fonética (donde te enseñan como pronunciar, básicamente). El profesor de esta materia es una persona ya mayor, con ciertos problemas de salud, pero aún así seguía dando clase. Realmente nos torturaba y nos mataba cuando decíamos mal las cosas y encima de eso, nos hacía pasar vergüenza delante de nuestros compañeros porque decía cosas como " recuerda que la semana pasada lo dijo de X forma?, bueno, ahora lo esta diciendo de tal forma, pero lo sigue diciendo MAL!!" , todo esto en un tono de voz elevado y sarcástico. El final fue igual o más tortuoso, porque él estaba enfrente nuestro "face to face" con otros dos profesores (obviamente que él quería demostrar a sus colegas todo lo bien que nos había enseñado durante el año); en un momento, me dio una tarjeta con un montón de enfermedades en inglés, yo tenía que pronunciarlas correctamente y me acuerdo que había una que ni yo ni nadie de mi curso logró decirlo correctamente en poco tiempo y obviamente lo dije mal y él me miró con esa cara de entre enojado e indignado y me dijo: " Perpettoo, ¿usted piensa enseñar fonética a sus alumnos de esa forma? Realmente pobre de ellos!". En ese momento puse lo mejor de mí para no salir llorando, porque realmente me dolió mucho, no solo por lo que me dijo sino por lo que implicaba eso para mí; luego de ese final (el cual aprobé), no me presente a ninguno más hasta febrero. Tenía tanta bronca y la verdad tenía ganas de matarlo, porque a pesar de su forma de ser, yo lo admiraba por todo lo que sabía, porque era un profesor que se notaba que le gustaba lo que hacia, lastima que no sabia hacerlo como debía.
Hoy, viéndolo a la distancia, ya recibida, puedo decir que ese pequeño detalle me modifico mucho, porque siempre pensé que un maestro es alguien a quien hay que admirar, respetar pero a la vez tener confianza con él, porque en definitiva, los maestros/profesores en algún momento fueron alumnos y también sufrieron cosas así. También aprendí a no darle tanta importancia a esas cosas y a su vez, a darle más importancia a aprender lo que me están enseñando... aunque no haya un manual para aprender a enseñar.